sábado, 21 de marzo de 2009

El sentido de la vida

El sentido de la vida es, valla la redundancia, incontenible de sentido. Aquí concentrémonos en nuestro propio ser, ¿en verdad hay un mundo allá afuera? no es todo acaso ¿una mera ilusión?. Pongámonos este ejemplo, al cerrar los ojos, taparse los oídos y quedarnos de pie, o mejor dicho, si careciéramos de todo sentido físico, ¿que habría?. Fácil respuesta: Tú. La esencia que corresponde a tu ser, tu existencia, sería lo único que quedaría de esa total extinción "exterior", entonces acaso ¿la gente de allá afuera vive? ¿Cómo sé que existen si yo soy lo único que me doy cuenta que en verdad existo? todo lo demás allá afuera son imágenes, sonidos, sensaciones, producto absoluto de mis sentidos, quizá de mi mente. Este planteamiento es sumamente tortuoso y no siente piedad al atacarte con estas preguntas, y lo peor y más frustrante es que nunca hallaremos la respuesta. Por eso he llegado a la conclusión de que La incertidumbre es el peor dolor del ser racional, no importa cuánto nos preguntemos y combatamos con nuestra conciencia para hallar un sentido del todo, jamás estaremos completamente certeros... la certidumbre en este caso es inalcanzable, todas las posibles respuestas serán solo tapones que a su vez se convertirán después en incertidumbres, y nuestras reflexiones solo se volverán una enmarañada de ideas insolubles. Si ponemos atención en esto nos daremos cuenta de que la filosofía, la ciencia y todo lo que conocemos es relativo o equívoco, ya que ni siquiera sabemos si en verdad existe allá afuera alguien con tubos de ensaye en la mano o si realmente existió un Einstein o un Planck. La filosofía anárquica nos dominaría si tomamos tan seriamente estas incógnitas. Pero el ser humano, quizá inconscientemente ha hallado una esperanza, una respuesta ante la incógnita de su realidad y de su vida, Dios. Este ser, si es que en verdad tiene una escencia con la que se consideraría como un individuo o un ser está íntimamente ligado con las preguntas del hombre, y solo en él hallaremos el sentido, Dios no vive allá afuera, ni el cielo, ni en la tierra, si no mas bien en nuestras ideas, en nuestra conciencia, habrá solo de recordar que el perro o el gallo no creen en un Dios porque básicamente no tienen la capacidad racional para plantearse esta pregunta y para el humano que si la tiene intenta relacionar todas sus ideas: el por qué de su existencia + el mundo físco + la vida + el futuro, pasado y presente + el destino y la muerte = Dios. En otras palabras, Dios es aquello que para el ser racional da sentido a todo, es la respuesta absolouta del mundo y de su existencia, es el por qué de su vida y de sus sentidos, de la muerte, es el término que se acopla a todos los fundamentes de la realidad, es el salvador de la suma incógnita.

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